Editorial

¡Bienvenido 2014!

Tal un calco como lo venimos diciendo los últimos años, con esta nota editorial que cierra un nuevo ciclo, reiteramos que "hemos dejado atrás un tiempo difícil", y que por supuesto confiamos en la nueva oportunidad que nos ofrece el calendario, en este caso con 2014, sea debidamente aprovechada. Parecen palabras de circunstancia, y en realidad lo son, apropiadas para dejar un año atrás y abrir las puertas para el que viene para renovarlo, pero además de eso, se ajustan a la descripción de la realidad.

No es momento de un repaso cronológico, para eso están otras secciones, con anuarios que acompañan el ejemplar de hoy en el cual se destacan y comentan los principales acontecimientos que tuvimos durante 2013 en los dos anuarios que cubren la ciudad, la región, la provincia y el mundo, además de la Revista Deportiva.  Pero sí, para deslizar en cambio un repaso a las características que tuvo este período que hoy se clausura, cuando las manecillas del reloj se encuentren en el extremo superior, anunciando que la medianoche estará marcando, en ese mínimo instante, el exacto transponer de 2013 a 2014, nada menos.

Tal cual los últimos que hemos pasado, ha sido un año con dificultades, muchas de las cuales vienen de lejos y se han agravado, quedando entonces saldos pendientes, en la búsqueda de soluciones que se vienen demorando indefinidamente, muchas veces profundizadas por diferencias que no deberían existir, por las cuales se hace muy poco por restañarlas y en cambio demasiado por mantenerlas de esa manera, que factor de separación aunque los intereses sean los mismos. Ya que suponemos que absolutamente nadie, aunque por distintos caminos y formas, se encuentre alentando el fracaso, ese mismo que nos impacta a todos. Por el contrario, el objetivo de despegue del país, y por lo tanto de la patria chica de cada uno de nosotros, una mayor igualdad, la comprensión y la solidaridad, son objetivos compartidos, y que sin embargo, terminan por convertir en motivos de confrontación y divisiones, que siempre han tenido un mismo costo final: la renovación constante de problemas que nunca alcanzan a ser solucionados, con el consabido costo que debe siempre afrontar la población, postergando aspiraciones y una mayor posibilidad de desarrollo.

Ojalá este 2014 modifique actitudes, introduzca cambios en serio en la manera de pensar, de comportarse y en definitiva, de consolidar el esfuerzo conjunto hacia ese objetivo común que es el engrandecimiento de una patria que ha sabido ya de demasiadas postergaciones y muchos olvidos.

En cuanto a lo individual, aunque en definitiva esa sea la sumatoria de pequeños aportes que hacen a todo el conjunto, es el momento acertado para el balance, mirando atrás y contabilizando lo hecho y lo dejado por hacer. Es tiempo de reparaciones, aunque sea con la mente, con esa promesa tantas veces incumplida, que es tiempo que cada uno de nosotros hagamos realidad. Es además, tiempo de familia, de allegados y de amigos, de rescatar lo positivo y de tender un manto de olvido sobre  aquello que nos afectó negativamente, en la búsqueda de las reconciliaciones en caso de ser necesarias y del afianzamiento del afecto y de la comprensión.

Hemos tenido los argentinos en cambio, con proyección al mundo, una enorme satisfacción como fue la designación de Jorge Bergoglio para ser el nuevo jefe de la Iglesia Católica, bajo el nombre de Francisco, elegido por él mismo como forma de honrar la humildad de ese santo. Justamente, la prédica sostenida con sus actos, transformó al Papa en muy poco tiempo en una verdadera oleada de aire puro y fresco dentro del Iglesia, al punto de recuperar en ese breve período gran parte de una confiabilidad que había ido resignando en este último tiempo.

Tuvimos con el Papa entonces, uno de los grandes orgullos que hoy podemos mostrar los argentinos, posicionamiento que fue logrado con la humildad y sinceridad de su comportamiento. Con seguridad, marcándonos el camino a seguir para aspirar a la conquista de algunas metas que siempre han quedado relegadas para la Argentina.

Vayan para todos, estas reflexiones sostenidas e inspiradas en un deseo de que todo sea mejor, y que esta noche al momento del brindis compartamos el ¡Feliz Año Nuevo!

Autor: REDACCION

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