Editorial

Beber y brindar con moderación

Beber con moderación es el consejo amigo que las empresas que elaboran bebidas alcohólicas ofrecen por una imposición legal. Después todo depende del consumidor, si aceptar y cumplir la recomendación o bien desestimarla y darle rienda suelta a los excesos. Responsabilidad individual se busca en especial en tiempos de las fiestas de fin de año. En cierta forma, se trata del mismo compromiso que se nos exige, se nos pide, se nos sugiere o se nos suplica para enfrentar la pandemia del Covid, es decir que respetemos la vida cumpliendo las medidas de prevención básicas como mantener la distancia social y usar el barbijo, entre otras. Todo apunta a lo mismo: proteger la salud propia y de la de los demás. Ya sea combatiendo al coronavirus o al consumo excesivo de alcohol. 

Con las fiestas de fin de un año al que la mayoría no extrañará, se presenta un nuevo desafío para la salud pública. Evitar que esa necesidad de despedir un pésimo 2020 se transforme en un abuso de brindis, en especial entre los jóvenes, y que eso derive en problemas mayores no deseados. 

De acuerdo a datos oficiales, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas constituye una de las principales causas de mortalidad prevenible y contribuye anualmente a aproximadamente tres millones de muertes en todo el mundo. En abril pasado, la Organización Mundial de la Salud había lanzado una advertencia, que aún se mantiene vigente, en la que sostenía que en momentos de confinamiento durante la pandemia de Covid-19, el consumo de alcohol puede exacerbar la vulnerabilidad de la salud, las conductas de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia. 

¿Qué pasó en la Argentina? De acuerdo a una encuesta efectuada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el 45% de las personas bebió más alcohol durante este tiempo que antes del aislamiento. Un 44,85% de los encuestados dijo que aumentó su consumo de alcohol, un 33,89% que bebe lo mismo que antes y un 21,26%, que ahora toma menos, refiere el informe, que además revela que quienes tomaron vino todos los días pasaron del 5% antes de la cuarentena, al 15%, y la cifra fue aún mayor entre la franja etaria entre 35 a 44 años. El estudio detectó que beber alcohol con mayor frecuencia obedeció, según un 42% de los encuestados, al hecho de tener más tiempo libre; un 33% lo vinculó a factores emocionales; un 29% con la falta de rutina o desorganización del tiempo y un 20% directamente, con el aburrimiento.

Por eso en el final de un año atípico que deseamos termine pronto, es necesario que desde los gobiernos se impulsen campañas para prevenir los excesos. En este marco, se destaca la decisión de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires que puso en marcha la campaña 'Divertite y Cuidate' una guía con recomendaciones para los jóvenes durante los festejos de Fin de Año, que alerta sobre los peligros de las fiestas clandestinas y advierte sobre los riesgos del consumo de alcohol.

El organismo propuso una guía para trabajar pautas para prevenir excesos durante los festejos, que también incluye una serie de recomendaciones para evitar contagios de la Covid-19 y el uso de pirotecnia. Aseguró que desde hace tiempo viene trabajando en la idea de que el consumo de alcohol no es igual a diversión. Y ante la proximidad de las fiestas, consideró necesario no solo reforzar ese concepto, sino también generar conciencia sobre los riesgos que implica un consumo en exceso. 

Según la Defensoría del Pueblo bonaerense, que realiza relevamientos sobre el consumo de alcohol en jóvenes desde hace más de tres años, sobre un total de 632 jóvenes entrevistados en 2019, más del 45% mostraron una percepción del riesgo del consumo de alcohol relativamente baja. Es decir que consideraron que las bebidas alcohólicas no presentan riesgo ni peligro para la salud, al menos comparándolas con sustancias ilegales como marihuana o cocaína.

La realidad es bien distinta a esta percepción que mostraron casi la mitad de los jóvenes consultados. Porque el alcohol no solo es riesgoso para la salud de quienes consumen, también es uno de los factores que influyen en los siniestros viales, principal causa de muerte de personas jóvenes de hasta 24 años en la Argentina. También pasa que un joven que bebió demás puede causar tragedias que involucren a otras personas causando daños irreparables. Las estadísticas señalan, según la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires, los accidentes de tránsito matan más jóvenes que el cáncer.

Si bien las fiestas no están autorizadas en Rafaela, aunque está claro que se realizan encuentros clandestinos que en algunos casos son denunciados y otros no, sería muy positivo que desde la Municipalidad se dispare una campaña de alto impacto para instar a un consumo moderado de alcohol. Quizás la Provincia pueda sumarse para darle mayor fuerza al mensaje. 












 

Autor: REDACCION

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