¿Qué son los pisos podotáctiles?
Los pisos podotáctiles son una señalización que se siente al caminar sobre ella. Sirven para advertir – también llamadas señales STOP- y se instalan en zonas peligrosas. También están las señales de guiado - o señales GO -para guiar por el camino correcto a personas con discapacidad visual.
Las señales de advertencia tienen una superficie de botones o domos que hacen que se sienta incómodo cuando nos paramos sobre ellos. Esto es así para que nos demos cuenta al pisar de que algo pasa, la textura cambia y nos hace prestar más atención a donde pisamos.
En tanto las señales de guiado tienen unas líneas o rodones que hace que sea fácil encontrar el camino correcto a las personas que llevan bastón. También resultan incómodas cuando se pisan, pero ayudan a todas las personas a encontrar el camino correcto.
¿Cómo funciona un piso podotáctil?
Cuando caminamos sobre las señales podotáctiles, las sentimos en los pies. Quien no sabe para qué sirve simplemente siente que el piso cambia de textura y que es más incómodo, suficiente para levantar nuestra vista del celular y prestar atención. Por otro lado, las personas con discapacidad visual, a través de su bastón pueden guiarse por un ruido amplificado que emiten estos pisos al pasar el bastón.
Se siente también de manera visual, puesto que al ser amarillas tienen un elevado contraste de color. El amarillo es un color que nuestro cerebro asocia con peligro, por eso se suele usar este color en vías públicas. Además, es el último color que el ojo humano deja de ver, por ello algunas personas que tienen visión residual pueden diferenciarlo.
Existen baldosas podotáctiles de otros colores, que se pueden usar en interior o exterior. Al respecto la norma internacional que regula las condiciones de este tipo de pisos - ISO23599 - indica que se mantenga un elevado contraste de color con el resto del piso que lo rodea.
¿Para qué sirve?
Para las personas con discapacidad visual, un piso podotáctil es una enorme ayuda para orientarse en cualquier espacio. Muchas veces puede marcar la diferencia entre usar o no usar un servicio, como el subte.
Para el resto, supone una importantísima medida de seguridad. Advierten el peligro en las zonas del andén o paraderos, y en las escaleras, cuando hay amontonamiento de gente o incluso cuando vamos despistados.
A veces se comete el error de usar pisos podotáctiles combinándolos con adoquines o baldosas con ciertas texturas. Eso hace que una persona con discapacidad visual no pueda distinguir bien las texturas y el piso podotáctil deja de ser eficaz.
Sobre el posicionamiento
Las baldosas guías deben colocarse próximas a la línea de edificación municipal, distanciándose de ellas una medida prudente para que el caminante pueda desenvolverse sin ningún tipo de impedimento. Esta proximidad a los muros de las edificaciones, responde a un actuar común en el no vidente, quien con su bastón golpea sucesivamente en el suelo y en algún muro cercano como punto de referencia para su andar de modo fluido y seguro. Por esta razón, y tomando las medidas comerciales que poseen las baldosas (40 cm x 40 cm) se aconseja que su distancia esté entre los valores de 0.40 m a no más de 0.80 m respecto de la línea de edificación municipal.
Beneficios
- Poseen gran resistencia para el alto tránsito peatonal.
- Requieren un bajo nivel de mantenimiento.
- El dibujo de las losetas otorga una superficie antideslizante.
- Fácilmente detectables por personas con capacidad visual disminuida.
Aplicación
- Aceras tradicionales.
- Estaciones de transporte público.
- Edificios públicos.
Consideraciones
- Tener en cuenta la incorporación de las baldosas podotáctiles en el diseño general.
- Buscar asesoramiento para el diseño de los espacios que contengan los solados, ya que hay diferentes patrones para diferentes funciones.
En nuestra ciudad
En Rafaela podemos ver esta clase de pisos en las veredas del Banco de Santa Fe, en el local de venta de indumentaria deportiva All Sport, en la fachada del Centro Empleados de Comercio y en el local comercial de Musimundo.