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Balance de un año crítico y angustiante

Desde la UTTA  se difundieron detalles de la actividad gremial, resaltando un editorial relativo a la situación que debió afrontar  en el año anterior merced a la pandemia.

El año 2020 fue, sin ninguna duda, el más crítico y angustiante para nuestro turf nacional por las consecuencias que produjo la pandemia de CoVid-19 en la producción y el trabajo de la actividad. Las palabras “parálisis” y “daño” -en sus conceptos- grafican y sintetizan el golpe sufrido por el sector hípico desde marzo pasado.

La irrupción de la pandemia de coronavirus, con toda su carga de desconcierto y dolor, logró, en un principio,

lo que hasta entonces parecía inviable: adentrarse en el camino de unidad entre trabajadores preocupados por cómo enfrentar la adversidad y una dirigencia multisectorial dispuesta a dejar de lado las diferencias en pos del bien común.

Fueron momentos de mucha tensión y de enorme angustia, pero, paradójicamente, también de serenidad, basada en el hecho superador de que directivos de Jockey Clubes e hipódromos y trabajadores tuvieron la capacidad para dar juntos la batalla contra un virus desconocido y aterrador. El mensaje de consenso y unión por el que bregó el Gobierno

nacional en medio de una grave crisis sanitaria se reflejó en el sector hípico local.

Desde la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA) hicimos los mayores esfuerzos para mitigar los graves daños producidos por una coyuntura de una magnitud sin precedentes. En ese contexto se organizó la distribución de ayuda alimentaria, de insumos y vouchers para utilizar en supermercados a lo largo y ancho del país. También se puso a disposición de los Jockey Clubes la gestión de nuestro departamento legal con el fin de facilitar la aplicación de los

programas de subsidios estatales como lo fue el ATP y los créditos de tasa neutra. Además se elaboraron en conjunto los protocolos sanitarios para el regreso de la actividad hípica y se llevaron a cabo gestiones ante los Estados provinciales para lograr la autorización de los eventos turfísticos a puertas cerradas o con aforo limitado. Muestra de ello fue la apertura con jornadas hípicas de Río Cuarto y Tucumán, las primeras en todo el país, con emisión por streaming

de alta calidad HD y un novedoso sistema de comercialización on-line a través de aplicaciones (Apps) y mensajería digital.

La protección y resguardo de los trabajadores y trabajadoras fue un reto superlativo de nuestro gremio y para ello se armaron grupos en aplicaciones móviles con todos los delegados con el fin de asesorar y prestar ayuda donde se necesitaba y se llevaron a cabo reuniones vía plataformas virtuales (Zoom y Google Meet) para informar y capacitar a nuestros compañeros sobre temas laborales relacionados con la pandemia y los desafíos del sector.

En ese marco también se promovió e intensificó la función de nuestra Obra Social (OSPAT) en todo el territorio para brindar un servicio de salud constante a nuestros afiliados en un ejemplo de gestión eficiente y ante la severidad del CoVid-19 y la prioridad que implica una enfermedad viral de estas características.

De aquí al futuro tendremos que realizar un gran esfuerzo y asumir un firme compromiso para desandar el camino de una seria parálisis productiva que se llevó por delante el esfuerzo conjunto de todos los integrantes de nuestro turf federal y nacional. Es, quizás, el crucial momento para la Unión de toda la actividad, concepto que siempre pregonamos en este

espacio de nuestro Anuario. Abrir las mentes y los corazones para superar divisiones y entrar en la sintonía de los acuerdos y los consensos nos reconecta con la esperanza de un futuro mejor para toda la familia hípica. Abogamos por hacer de la crisis una oportunidad con miras a la reconstrucción sustentable de un turf integrado, más amplio y moderno en su distribución ante los tiempos actuales que debemos enfrentar todos los que formamos parte de esta industria.

Autor: REDACCION

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