En el segundo trimestre del presente año, es decir el período comprendido por abril, mayo y junio, la desocupación cayó a 8,7% con una caída 6 décimas de punto, comparando con igual período de 2016 cuando fue de 9,3%. Un dato muy importante, más allá de establecer una realidad en cuanto a la mejoría que está experimentando el mercado laboral, es que esta fue la primera comparación interanual desde que se normalizó el INDEC.
Según estas estadísticas, difundidas por el ahora confiable organismo que conduce Jorge Todesca -un peronista de conocida trayectoria en el sector- los desocupados ascendían a fines del mes de junio a 1.088.000 en los principales centros urbanos del país, sobre una población económicamente activa compuesta por 12.483.270 personas en condiciones de trabajar. Desde el INDEC se dejó además bien en claro que estos datos del segundo trimestre no ofrecen variantes en cuanto a la actividad, el empleo y la desocupación con relación al primer trimestre, ya que "las diferencias están contenidas en el error muestral".
Capital y el Gran Buenos Aires integran el sector más afectado pues allí se contabilizan 698.000 desocupados, ascendiendo al 10%, si bien de todos modos se redujo con relación a la medición de una ño antes cuando medía 10,6%. Por su parte en la región de Cuyo bajó de 5,2% al 3,8%, en el Noroeste en cambio hubo una suba al 6,9% siendo otras de las regiones comprometidas, bajando en la región Pampeana de 9,6% al 8,8%, y finalmente en la Patagonia se redujo de 6,5% al 6,3%. Se deja en claro que se considera desocupados a quienes no teniendo un empleo están en búsqueda activa de conseguirlo, pero en cambio no incluye otras formas de precariedad laboral o empleo en negro que realizan aquellos que buscan activamente un empleo, ni tampoco incorpora a los desocupados que hayan interrumpido la búsqueda de trabajo frente al desaliento por la falta de oportunidades.
En cuanto a la subocupación existen dos categorías, una de ellas es la "demandante" donde están los que trabajan hasta 35 horas semanales y quieren ampliar esa cantidad, la cual mejoró del 7,7% del año pasado al 7,4% de ahora. Por su parte la "no demandante", compuesta por quienes no buscan otra ocupación para ampliar su prestación horario pero están dispuestos a hacerlo, en este tercer trimestre aumentó a 3,6% contra el 3,5% del año anterior. Integrando ambas categorías, el total de subocupados asciende a 1.371.000 personas, con lo cual tenemos que agregando 1.088.000 desocupados, la gente con problemas laborales eran a fines de junio 2.459.000.
Aunque los porcentajes no sean aún lo suficientemente expresivos, pues se trata de décimas en muchos casos, lo importante y destacable que que el empleo ha comenzado a crecer y eso es positivo no sólo por cortar la tendencia que venía del año pasado, sino por comenzar una remontada que, dadas las actuales circunstancias, es muy probable que se vaya afianzando con el correr de los meses, para concluir el año con un balance mucho más favorable.
El segundo trimestre tuvo una expansión económica de 2,7% siendo lo que impulsa la mayor ocupación, habiendo sido la construcción la que mayor crecimiento tuvo con 9,9%, para llegar a los 435.585 trabajadores.
Todo lo dicho, que repercute favorablemente en el mayor nivel de ocupación, es producto de una actividad económica que se encuentra en crecimiento, aun sin haber alcanzado todavía una perspectiva generalizada, pues se da en algunos determinados sectores, como el ya señalado de la industria de la construcción, el que tiene un muy fuerte impacto positivo en muchos otros sectores, tanto de la producción o comercialización como la mano de obra, por la amplia variedad de personal profesional, especializado, artesanos y auxiliares que demanda el sector que hoy está entre los más reactivados, constituído en un fuerte traccionador del resto.
El gobierno nacional se ha fijado como meta poder afianzar este retroceso de la desocupación, que cumplida la primera mitad del año fue fijada en 8,7%, ya que se trata justamente de uno de los indicadores más fieles del comportamiento de la actividad económico y también de las condiciones sociales.