Suplemento Economía

Aumenta el mercado de tarjetas en la Argentina

En los últimos años se

advierte, en Argentina, un avance del mercado de tarjetas de

crédito y débito, tanto desde la base de la pirámide por

incorporación de clientes antes no bancarizados o de ingresos más

bajos, como desde la cima por esquemas agresivos orientados a

clientes de altos ingresos.


Este es uno de los resultados que arrojó el estudio realizado

por BancayRiesgo, la empresa especializada en estudios referentes

a servicios financieros y coberturas de seguros en América Latina

y España.


De acuerdo con el estudio, el crecimiento del mercado se

produce de la mano de tres tipos de acciones estratégicas

combinadas: el desarrollo de productos y esquemas de promociones;

la ampliación de la red de sucursales y centros de atención; y la

mayor penetración de nuevos canales de venta, a partir de alianzas

y medios electrónicos.


Las promociones y descuentos ofrecidos desde entidades

bancarias y no bancarias continúan impulsando el consumo de los

clientes.

Paralelamente, también se observa en el usuario una mayor

propensión a utilizar sus tarjetas para gastos y consumos

cotidianos, y no solamente para determinados consumos puntuales o

estacionales.


El estudio también destaca como una de las grandes

preocupaciones de las entidades del sector el sostener la

rentabilidad de sus productos.

Bajo este objetivo, se observan variadas iniciativas de

entidades del sector para incrementar el uso de medios

electrónicos en los clientes como terminales de autoservicio,

homebanking, mobilebanking o cajeros automáticos.


La penetración de las tarjetas de crédito en la población

muestra aún oportunidades de mejora y terreno para poder crecer si

se toma como punto de comparación niveles de llegada del plástico

en otras economías.

El estudio se realizó a partir de información actualizada

proveniente del propio fondo editorial de BancayRiesgo, trabajos e

investigaciones propias, datos obtenidos de cámaras y

asociaciones, datos de entidades del sector y estadísticas

de organismos de regulación y supervisión.

Claro que para sustentar el crecimiento registrado en los últimos años fue medular el modelo impulsado por el Gobierno nacional para alentar el consumo como factor dinamizador de la actividad económica. Así, las familias aprovecharon la política de beneficios que otorgaron las administradoras de las tarjetas como estrategia para ampliar sus bases de tenedores de plásticos. 


SIN DESCUENTOS EN

ELECTRODOMESTICOS

Finalmente las principales casas de electrodomésticos, los bancos y las emisoras de tarjetas de crédito pusieron fin el viernes último al esquema de rebajas que iban del 10 al 20 por ciento para la compra de productos que además incluían pago en al menos 12 cuotas.

El fin de los descuentos se implementó a pesar de la negativa del Gobierno nacional, que el jueves descalificó la noticia divulgada por el diario La Nación adjudicando que se trataba de una especie que nacía de la usina de la "cadena del desánimo". En este sentido, la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María "Pimpi" Colombo, había expresado que el fin de los descuentos en

electrodomésticos con tarjeta "debe ser alguna noticia de la cadena del

desánimo".

"¿Por qué no va a haber más descuentos? Eso debe ser alguna noticia

de la cadena del desánimo. ¿Lo informa alguna empresa o (en los diarios)

dice que sería?".

"Lo mejor es no seguir la cadena del desánimo. Contar una noticia

para tratar de provocarla, como pasó con el congelamiento", había indicado una escéptica funcionaria.

Con el correr de las horas las redes de electrodomésticos oficializaron la medida con el envío de los mailings para seducir a los clientes avisando que el viernes 31 de mayo era el último día para comprar aprovechando los descuentos con tarjetas, un beneficio que cobró impulso desde el 2002 para estimular la falta de ventas en el marco de una profunda crisis -recesión, salida de la Convertibilidad, etc-.

Asimismo, por ahora se desconoce si las rebajas volverán a activarse a la brevedad aunque, para atenuar el impacto negativo, las cadenas y los bancos acordaron mantener las compras en cuotas -inclusive se podría pagar hasta en 18 ó 24 veces los productos de mayor valor- y sin interés.

Según los bancos, el plan para estimular las ventas utilizando los descuentos “es un modelo de negocios agotado”, aunque en una primera etapa sólo afectará a los electrodomésticos mientras que continuarán vigentes las rebajas en los shoppings y casas de ropa.

"Lo que había comenzado como una medida para salir de la crisis en 2002 se extendió demasiado en el tiempo y terminó absorbiendo gran parte de la rentabilidad del negocio", habían señalado desde una entidad bancaria al diario La Nación. De todas formas, el impacto de la medida podría repercutir en los niveles de venta más allá de que aún no hay indicios sobre cómo reaccionará la demanda.

El responsable de Marketing de la consultora Tomadato, Emiliano Schwartz, brindó una síntesis del perfil del consumidor que se modeló a partir de estos programas de beneficios con descuentos. "Después de años de movilizar a buena parte de la clase media a puro anuncio de cuotas y descuentos, se gestó un consumidor oportunista compulsivo, que compra sólo si siente que tiene una oportunidad, más que una necesidad", explicó.

De esta forma, si no hay oportunidad podría, también, no haber ventas.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web