DAMASCO, 24 (AFP-NA). - Dos atentados suicidas contra los servicios de seguridad dejaron ayer al menos 40 muertos en Damasco, en coincidencia con la llegada de una misión de la Liga Arabe para buscar una salida a la crisis, tras nueve meses de protestas contra el régimen de Bashar al Asad. Por otra parte, la represión de las protestas dejó nuevas
víctimas ayer, con al menos seis civiles muertos durante manifestaciones en Homs.
El líder de la ONU, Ban Ki-moon, está "seriamente preocupado por la escalada de violencia en Siria", pero es responsabilidad del presidente al-Asad implementar totalmente el plan de paz de la Liga Arabe, afirmó un portavoz ayer.