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Astor Piazzolla: 100 años de su nacimiento

FOTO SUMARIO NOTICIAS// ASTOR PIAZZOLLA. Un virtuoso del bandoneón que revolucionó la música.

Piazzolla es el bandoneonista, arreglador y compositor de tango argentino más destacado del mundo. Nieto de inmigrantes italianos, Astor Pantaleone Piazzolla nació en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires el 11 de marzo de 1921.

El abuelo paterno, Pantaleone Piazzolla, era originario de la ciudad de Trani (Puglia) es como tantos otros italianos, en el 1880 emigró a nuestro país con la esperanza de un futuro mejor. En la ciudad de Mar del Plata, Pantaleone trabajó como marinero, pescador y durante el verano también fue bañero. Así pudo darle un buen futuro a sus hijos. Vicente, era el más pequeño, y su hijo Astor lo apodó cariñosamente "Nonino".

Los abuelos maternos del gran bandoneonista fueron Luis Manetti y Enriqueta Bertolami. Ellos eran originarios de Massa Sassorosso, una aldea de Villa Collemandina, una localidad insertada en el paisaje de los Alpes Apuane en la hermosa zona de la Garfagnana (al norte de la provincia de Lucca), en la Toscana. Ellos habían emigrado a la Argentina en el mismo período que los Piazzolla. Su hija, Asunta Manetti, en 1921 se casó con Vicente Piazzolla en la ciudad de Mar del Plata. En el 1925 se establecieron en Nueva York, junto a Astor, su único hijo.

Astor Piazzolla transcurre gran parte de su infancia en esa ciudad americana donde inició, desde muy pequeño, sus estudios de bandoneón. Participó en el film “El día que me quieras” rodada por Carlos Gardel en esa ciudad. Así conocería al “zorzal criollo”, quien lo invitó personalmente a participar como bandoneonista en la gira por América Central; pero su padre no le dio permiso porque Astor era muy joven.

En esos años, en Argentina, el tango era la música más popular ya que se bailaba en los salones, en los clubes y se escuchaba en los fonógrafos y radios. La mayor parte de los músicos y directores de orquesta eran italianos o al menos hijos de inmigrantes de la península europea.

La sangre italiana ha nutrido al tango, lo ha influenciado y lo ha hecho crecer. Los italianos han dado al tango identidad a través de aquellos términos del lunfardo (jerga del tango por excelencia) que han tenido su origen en la lengua italiana (laburo, atenti, bacán, chitrulo, biaba, escabio, parlar entre otros) y sobretodo lo han impregnado de ese característico tono nostálgico, quizás la misma nostalgia que habrán sentido por la patria lejana.Francisco Canaro, los hermano De Caro, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Alfredo Gobbi, Orlando Gogni, Anìbal “Pichuco” Troilo, Di Sarli, Juan D’Arienzo, Homero Manzi, Sebastián Piana, Enrique Santos Discepolo son algunos de los numerosos ejemplos que se pueden citar.

Después del retorno definitivo de la familia Piazzolla a nuestro país, Astor participó en importantes orquestas como la de Aníbal Troilo. Años más tarde formó su propio grupo, iniciando una notable carrera que lo llevó a tocar en los mejores escenarios del mundo y ser considerado uno de los mejores compositores de la historia. Piazzolla marcó un antes y un después en la historia del tango porque modificó aspectos estructurales de la composición rítmica e incorporó procedimientos compositivos hasta entonces desconocidos en ese género musical. Incluyó instrumentos como guitarra eléctrica, batería y percusión. En definitiva, le ha dado una característica nueva: no más rítmico y bailable, más adaptado a ser escuchado desde un cómodo sillón.

El vínculo con su origen italiano se refleja en los nombres de algunas obras (como la serie La Camorra) y la música compuesta para películas, como Cadaveri Eccelenti del director italiano Francesco Rosi; o Enrico IV de Mario Bellocchio (para quien produjo el hermoso tema de Oblivion (Olvido)).

Sin dudas la más notable composición del gran bandoneonista es la popular “Adiós Nonino” compuesta en el 1959. Estaba en un tour por América Central cuando recibió la noticia de la imprevista muerte del su padre Vicenzo. Un par de días después, cuando ya habían arribado a Nueva York con su familia y prisionero del dolor, tomó el tango “Nonino”, que había compuesto en 1954 para su padre, le retocó ligeramente la melodía pero manteniendo el ritmo. Su hijo Daniel algunos años después recordando ese episodio dijo:

“Papá nos pidió que lo dejáramos solo por algunas horas. Fuimos a la cocina. Primero se hizo un silencio absoluto. Después de un rato, escuchamos que sonaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste. Él estaba componiendo “Adiós Nonino” (Testimonio de Daniel Piazzolla. En Astor, Diana Piazzolla, 1986)

Así nació esta composición que sería la cúspide de las obras de Piazzolla, habrán existido otras de mayor valor, más complejas, pero nunca tan sentidas y expresivas como “Adiós Nonino ".

Dicen que a Vicente (Nonino) le encantaba escuchar el sonido del bandoneón de su hijo, porque le recordaba con nostalgia los paisajes de la lejana tierra italiana, de la que tantas historias había escuchado de su padre. Astor había heredado esa nostalgia y la había aportado a su música, pero al mismo tiempo repleta de fuerza y de identidad. El texto de "Adiós Nonino", aunque poco conocido, expresa ese sentimiento:

Soy...! la raíz, del país que amasó con su arcilla,

Soy...! sangre y piel, del "tano" aquel, que me dio su semilla...

Adiós "Nonino"… que largo sin vos, será el camino.

El tango de Piazzolla hoy es parte del repertorio de las más importantes orquestas sinfónicas del mundo. Su música todavía nos conmueve y cada nota pone la piel de gallina a todos los que se consideran argentinos, pero también un poco italianos, como sin duda el propio Astor lo sentía. Angélica Adorni. Centro Toscano de Rafaela

Autor: REDACCION

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