Por Isabel Rubio. - Un bebé llora sin parar. Le lanzan una feta de queso a la cara y, como por arte de magia, deja de llorar. Es una de las bromas virales en TikTok. En otros casos, los padres rompen huevos en la cabeza de niños para ver su reacción o les hacen creer que se han manchado con caca cuando en realidad se trata de Nutella. TikTok está repleto de vídeos virales de progenitores que humillan a sus hijos. Varios expertos aconsejan evitar este tipo de bromas por sus posibles consecuencias negativas en los menores.
Basta con buscar en TikTok egg crack challenge (desafío de romper huevos, en español) para visualizar decenas de ejemplos. Normalmente, los niños están con algún familiar mientras cocina. Esperan para ver cómo casca un huevo en un bol. Pero en el último momento el adulto lo rompe contra la frente del menor. Hay reacciones de todo tipo: de los niños que se enfadan a los que intentan vengarse, los que lloran o los que se quedan atónitos y se quejan del dolor.
“Me parece muy grave este tipo de bromas en redes sociales porque son una exposición bastante irrespetuosa de la privacidad de sus hijos”, sostiene Amaya Prado, experta en psicología educativa y vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. En otros vídeos los bebés reaccionan a un cactus de peluche que está quieto y de repente se mueve y suena. La mayoría se asustan y lloran. “Nada como un padre haciendo llorar a su hijo por extraños”, afirma un usuario que recopila varios TikToks de este tipo.
Joanne Broder, psicóloga experta en relaciones saludables con la tecnología y presencia en las redes sociales, considera que el objetivo de los padres es llamar la atención y obtener likes, comentarios y validación. “Estos padres no solo están abusando física y emocionalmente de sus hijos mediante la vergüenza, el ridículo y la humillación, sino que hacerlo públicamente es alardear ante el mundo entero de ello”, asegura Broder, que forma parte de la Asociación Estadounidense de Psicología.
BROMAS DAÑINAS PARA LOS NIÑOS
¿Qué supone para los niños que graben estos vídeos y los compartan en redes? Según Prado, depende del tono, la naturaleza y la frecuencia de las bromas. Si son constantes y humillantes, “pueden afectar a su autoestima, haciéndoles sentir menospreciados o ridiculizados, especialmente porque las bromas se van a visibilizar”. Además, las bromas inapropiadas “pueden generarles ansiedad y estrés y tener un impacto duradero en su reputación online”. “Los contenidos embarazosos o humillantes pueden ser compartidos y guardados, afectando a la forma en que los perciben sus compañeros y otras personas en línea”, afirma.
“Algunos niños pueden no darse cuenta ahora de que están siendo maltratados, pero podrían tener un trastorno por estrés postraumático más adelante y preguntarse ‘¿por qué mis padres me hicieron esto?’. Es posible que crezcan y sientan ira, resentimiento y vergüenza hacia sus progenitores”, explica Broder. Este tipo de bromas pueden romper la confianza entre padres e hijos, como destaca Deena Margolin, psicóloga especializada en crianza: “Por favor, deja de romper huevos en la cabeza de los niños. Puede que te parezca una tendencia divertida, pero para tu hijo es una ruptura de la confianza. Se supone que para él eres una persona segura, no alguien que le sorprende y le daña”.
A ello se suma que los padres son modelos que seguir para sus hijos. “Si haces bromas irrespetuosas o insensibles en línea, los menores pueden aprender que este tipo de comportamiento es aceptable”, afirma Prado.
¿BROMAS POR DESCONOCIMIENTO?
Kirstyn Sommer, psicóloga que investiga el desarrollo cognitivo, social y emocional temprano de los niños en la Universidad Griffith en Australia, cree que algunos padres realizan estos retos porque han visto a muchos otros usuarios hacerlos y no son conscientes de que pueden ser perjudiciales para sus hijos. Destaca que probablemente no sepan detalles sobre el desarrollo infantil y el funcionamiento del cerebro de los menores. “Y probablemente no se dan cuenta de lo duro que es un huevo”, indica en un video publicado en TikTok.
No todas las bromas son iguales. Para intentar que sean bien recibidas, Prado aconseja optar por aquellas “que generen risas positivas y no estén destinadas a ridiculizar o herir los sentimientos”.
Lo más importante es “conocer los límites y evitar tocar temas sensibles o situaciones que podrían ser incómodas para los niños”. Si bien hay bromas que pueden resultar menos dañinas para los menores, Broder aconseja evitar compartirlas en redes sociales: “No se me ocurre ninguna razón para hacer bromas a niños, especialmente en TikTok. Se trata de seres humanos, no muñecos para ayudar a los padres a ganar seguidores o entretenerlos”. EL PAÍS