El Festival de Teatro de Rafaela, con solamente diez años de trayectoria, que justamente cumple con esta edición que comienza en la fecha y se extenderá hasta el domingo, cuenta con un prestigio, un reconocimiento y una adhesión amplia y espontánea que sólo está reservada para aquellos acontecimientos de verdadera raigambre popular. Es que, muy rápidamente y desde el mismo comienzo, el gran respaldo que tuvo de parte de los rafaelinos, lo convirtió en un evento de calidad, con un atractivo tal que hizo de la convocatoria una aspiración legítima y apetecida por parte de todo el mundo del teatro. Autores, actores, directores, personal técnico, críticos, y muy especialmente un público ávido por cada ofrecimiento, están a la expectativa desde siempre. Tal vez, sin exagerar, esperando disfrutar la fiesta que se inicia hoy, pero ya pensando en el próximo año, cuando seguramente habrá nuevos incentivos, como ha venido ocurriendo cada vez.
En todo este evento rafaelino por excelencia, no hubo casualidad ni suerte, pues está sostenido por el ingenio, la capacidad creativa y el trabajo de muchísima gente de diversas áreas de la Municipalidad con el centro de la Secretaría de Cultura, contando además con el respaldo del Instituto Nacional del Teatro y del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, además, por supuesto de un apoyo prácticamente total de la ciudad en su conjunto. El Festival del Teatro, desde hace rato, es una fiesta de todos, y de eso modo fue entendido casi desde el mismo comienzo, advirtiéndose con claridad el gran futuro que tenía una fiesta de esta naturaleza, que no ha parado de crecer desde entonces.
Esta décima edición que se pone en marcha hoy, será tan especial como han venido siéndolo cada una de las nueve antecesoras. Un aspecto realmente destacable es que además de las distintas salas y espacios de nuestra ciudad que serán utilizados no sólo para el ofrecimiento de las obras programadas sino también para otras actividades paralelas -seminarios, cursos, charlas, muestras y exposiciones-, se contará con siete subsedes en Ataliva, Clucellas, Colonia Aldao, Morteros, Pilar, Ramona y Suardi, vecinas localidades de la zona que dan cuenta de una razón más al momento de encarar la integración de la que tanto se habla. Este es, en definitiva, una verdadera razón integradora, en este caso desde la cultura, constituyendo por cierto un enorme avance en ese sentido, el que debe marchar en paralelo con las comunicaciones, la infraestructura, la producción y todo el entramado que hace al sostén y al progreso de los pueblos.
La programación es muy variada, cubriendo toda clase de preferencias y gustos durante la media docena de días hasta el domingo, estando dispuesto el ofrecimiento de 32 espectáculos en nada menos que 70 funciones, a cargo de grupos teatrales procedentes de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario, Rafaela y también del Uruguay, lo cual le adjudica carácter internacional, entre otros.
Las salas que serán utilizadas aquí son las del cine teatro Belgrano, el teatro Lasserre, el Centro Cultural Municipal -donde hace poco se concluyeron obras de renovación-, el Club de Autos Antiguos, el Viejo Mercado y las sedes vecinales de los barrios Guillermo Lehmann, Jardín y Belgrano. Además se complementará con espectáculos circenses en la Carpa montada al efecto, además de las plazas 25 de Mayo y Maradona del barrio San José, en el Hogar de Ancianos "Magdalena de Lorenzi" y en el barrio Fátima.
Tal como viene sucediendo desde todas las anteriores ediciones, aún antes del comienzo, es decir cuando se levante el telón para dar paso a los artistas, el éxito está asegurado. La venta anticipada de entradas ha sido lo suficientemente importante para que la mayor parte de las funciones ya tengan las localidades agotadas, existiendo un interés y expectativa muy marcada por este nuevo desarrollo de una de las fiestas del teatro, que a esta altura de los hechos, puede ser calificada entre las más importantes de la Argentina.
Que todos los rafaelinos contribuyamos, para que todo resulte una verdadera fiesta de alegría, cultura y confraternidad, como corresponde.
¡Arriba el telón entonces!