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Arquitectura en pantalla: Stanley Kubrick y El Resplandor

Si hablamos de arquitectura en pantalla, no podemos dejar de pensar en la industria cinematográfica que ha utilizado el recurso escenográfico - arquitectónico para transmitir a los espectadores más de una vez, sensaciones y mensajes que completan a la historia que estamos viendo.

Un gran ejemplo de esto es la película “El Resplandor”, dirigida por Stanley Kubrick, basada en la novela del mismo nombre, escriba por Stephen King.

El hotel de “El Resplandor”, llamado Hotel Overlook, lugar donde suceden todos los hechos, está inspirado en dos hoteles reales: La novela nace a partir de la experiencia del propio Stephen King en The Stanley Hotel en Colorado. Durante su estancia, según el autor, no dejaron de sucederle cosas paranormales que dieron pie a la trama de la novela. Sin embargo, el director de la película escogió lugares distintos para el rodaje. Los hoteles The Ahwahnee hotel y Timberline Lodge fueron los elegidos por Kubrick para darle vida al famoso Hotel Overlook.

El cuidado de cada detalle en las escenas del film por parte del director, hizo que Kubrick escogiera y estudiara muy bien los espacios donde se rodaría, ya que la arquitectura es un recurso que utiliza frecuentemente para magnificar las sensaciones que quiere transmitir al espectador.

La sala común del hotel Ahwahnee es inmensamente grande, y es allí donde se logra apreciar la transformación progresiva del protagonista hasta el punto de locura, buscando reflejar que los espacios tan grandes eluden al sentimiento de pérdida de control. Lo mismo queda a la vista en el momento en el que la familia Torrance, los tres protagonistas, se mudan al hotel en la temporada de invierno, donde el resort queda totalmente aislado y desconectado del resto del mundo. Aquí los personajes se sienten perdidos, vagando solos ante la inmensidad del lugar, como sucede en la secuencia donde Danny, el hijo, recorre los pasillos laberínticos y monótonos del hotel.

Todos estos recursos se estudiaron con el fin de crear un ambiente de suspenso ininterrumpido durante toda la película, ofreciendo al espectador información de lo que estaba pasando con la familia y, sobre todo con el protagonista, a través de la arquitectura.

Las escenas rodadas en los baños, son quizás las más cuidadas por el director, que busca una simetría perfecta en el montaje de los mismos. Tanto los baños públicos, rojos, como el baño de la icónica habitación 237 se construyeron en los estudios de Inglaterra expresamente para la película. Estos espacios son quizás los espacios más expresivos del film. Rompiendo con el estilo arquitectónico de los hoteles, totalmente rústico, estos espacios muestran una extrema plasticidad y depuración en sus líneas, haciendo que el espectador no pueda perderse en detalles sino centrarse en la escena y en la tensión creada.

En definitiva, El Resplandor se presenta como un largometraje que muestra con una claridad impactante la estrecha relación de la arquitectura y el cine. Y es que mediante los espacios escogidos se intensifica el mensaje de la misma.

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