El recalentamiento global, consecuencia de la mayor emisión de gases con efecto invernadero -que deterioran la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas del sol-, tiene una larga serie de consecuencias nefastas sobre el planeta que habitamos, muchas de ellas conocidas y otras no tanto, como en este caso que nos ocupa el impacto que el calor tiene sobre los árboles, según se conoció en un estudio científico reciente, del cual participaron geógrafos de la Universidad de Zaragoza (España).
Tal como sucede con un ser humano, los árboles se cansan, se agobian, se fatigan y finalmente se mueren por causa del calor que los afecta de manera creciente. Es en realidad alarmante como los árboles de todo el planeta están perdiendo su capacidad de captar el carbono de la atmósfera, disminuyendo entonces estos verdaderos pulmones contenedores de aire puro. La Argentina no es una excepción en este sentido, pues también aquí los árboles están siendo jaqueados por el aumento de la temperatura, además del enorme desmonte que directamente los elimina de manera rápida y contundente.
Los expertos que elaboraron este estudio lo hicieron a través de un monitoreo del crecimiento de los árboles en diversas localizaciones del hemisferio norte, de manera especial en Europa, participando investigadores de una docena de naciones. El seguimiento se mantuvo a lo largo de 4 años, disponiendo de tal modo de una investigación con los elementos necesarios para contar con respaldo de mayor credibilidad. Se consigna que los árboles necesitan para poder crecer captar hasta un 15% de las emisiones de carbono provocadas por el hombre, siguiendo ese ciclo de transformación en biomasa -es decir, madera- un ciclo anual relacionados con el clima, lo cual lleva a conclusiones muy aproximadas a la realidad para entender todo este proceso ya que los árboles en definitiva forman parte de este ciclo.
Se explicó además en el trabajo que los árboles cuentan con dos fases de crecimiento: en la primera crecen todo lo que la especie le permite, y en la siguiente capturan el carbono para continuar su desarrollo, un proceso que hasta ahora se suponía que estaban sincronizadas las dos etapas, quedando desvirtuado al demostrar esta investigación que existe un lapso entre uno y otro, quedando en evidencia en todos los ecosistemas forestales analizados.
Pero además, la suba de la temperatura global es uno de los factores más directos en modificar el período de asimilación del carbono por parte de los árboles, lo cual provocaría que vaya disminuyendo de manera exponencial la capacidad de absorción de una gran variedad de especies y afectando sobremanera la funcionalidad de los "pulmones" verdes que tiene la tierra para la purificación del aire.
Como también es sabido que el aumento de la temperatura global conduce a un mayor ritmo de la evaporación, por lo cual de no contar con agua disponible en la cantidad necesaria, también se registra una reducción en la fotosíntesis, con la con siguiente reducción de la captación de carbono de la atmósfera. Consecuentemente, como todo influye en sentido contrario el tener cada vez más carbono impacta directamente en un mayor efecto invernadero y por lo tanto subas de la temperatura. Un verdadero círculo negativo en todo un proceso que está recibiendo la atención mundial, como la reciente Cumbre del Clima en París, pero que todavía ofrece alguna perspectiva de solución a muy largo plazo.
Finalmente, los investigadores estimaron que los árboles continuarán creciendo, pero que el rol que cumplen como pulmones del planeta se podría ver sumamente alterado por los efectos de las predicciones de cambio climático que van en aumento, donde se incluye un progresivo incremento de la temperatura.
Toda esta problemática, de fuerte impacto en el futuro inmediato del hábitat humano, está ahora siendo enfocada con mayor responsabilidad por casi todos los países del mundo, ya que en la Cumbre parisina los 195 participantes coincidieron en fijar objetivos que no tengan nuevas postergaciones.