Nacionales

Aquel cierre en la 9 de Julio

Con la dictadura entrando definitivamente en su etapa final y la democracia a punto de brotar, el líder radical Raúl Alfonsín encabezó cuatro décadas atrás el que tal vez haya sido el cierre de campaña más destacado de la historia argentina, con una Avenida 9 de Julio colmada de militantes y simpatizantes y con el emocionante "rezo laico" del Preámbulo de la Constitución que aún hoy eriza la piel al escucharlo.
Poco más de siete años de violaciones a los derechos humanos y la derrota en la Guerra de Malvinas estaban a punto de quedar atrás con el regreso de las urnas: la fecha elegida para los comicios fue el 30 de octubre de 1983.
Los candidatos a la Presidencia eran Raúl Alfonsín, acompañado por Víctor Martínez, por la UCR; Ítalo Luder, secundado por Deolindo Bittel, en representación del PJ; Oscar Alende-Lisandro Viale del Partido Intransigente; y Rogelio Frigerio-Antonio Salonia por el Movimiento Integración y Desarrollo (MID).
Pese a que el último acto del oriundo de Chascomús antes de los comicios fue en Rosario, la multitudinaria convocatoria que lideró desde la Plaza de la República, al pie del Obelisco, fue la que más quedó grabada en la memoria popular.
El gentío inundó la avenida más ancha para escuchar y apoyar a aquel hombre de bigotes, destacada verba política y que exudaba bonhomía: su llegada a las masas lo convirtió en una de los más importantes dirigentes de la historia del país.
"Argentinos, se acaba la dictadura", inició su discurso Alfonsín, cuyas palabras generaron un estallido de aplausos y vítores. "Llega la democracia a nuestro país", destacó el candidato presidencial.
Tal como lo había hecho a lo largo de toda la campaña, reiteró la convocatoria a todas las fuerzas políticas: "Todos juntos, para hacer valer nuestros derechos en el mundo. No podemos fallarle más a nuestro pueblo. El último fracaso nos llevó a este período tremendo de la historia argentina".
Tras 15 minutos del encendido discurso, el postulante presidencial apeló a su marca personal, aunque la vehemencia de aquella noche en la avenida más ancha del mundo hizo que fuera algo especial. Y el recitado del Preámbulo de la Constitución Argentina quedó en la historia. Los gritos, aplausos y el "Alfonsín, Alfonsín", coreado por los miles que se habían acercado hasta la Plaza de la República, le dieron un marco inigualable al acto.


Autor: REDACCION

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