En la cuenta regresiva para las elecciones primarias del 12 de septiembre las principales figuras del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se disputan el voto joven ante el crecimiento de nuevas opciones políticas y ecualizan sus discursos sobre la marcha con la idea de fidelizar al votante propio y captar desencantados.
Entre los 34.332.992 de electores habilitados para votar en todo el país en las PASO, hay 8.367.793 personas de entre 18 y 29 años, tras haberse incorporado al padrón 861.149 adolescentes de 16 y 17 años, es decir que entre ambos segmentos suman casi el 27% de los votantes registrados.
Esa porción del electorado se convirtió en un botín codiciado principalmente por el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, en un contexto de crisis económica, alto número de indecisos en las encuestas y una marcada apatía de cara a la definición electoral, combinada con el ascenso de terceras fuerzas y una posible migración de votos propios.
Ambos espacios centraron buena parte de sus discursos proselitistas del tramo final de la campaña en atraer a esos votantes, principalmente en la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, donde se concentra la mayor cantidad de voto joven y donde, además, las PASO y legislativas funcionarán como un ordenador para 2023.
"A un joven que se quiere ir del país resignado, angustiado, le diría que se venga a tomar un mate conmigo que le voy a explicar qué vamos a hacer y estoy convencida de que se queda", afirmó recientemente la precandidata a diputada Victoria Tolosa Paz, del Frente de Todos.
La dirigente oficialista se refirió así a la tendencia que registran tanto en el Gobierno como en la oposición de jóvenes que quieren irse del país, en medio de malas perspectivas económicas y de una campaña con mucho reparto de culpas entre ambos sectores políticos.
Tolosa Paz también apuntó a ese electorado durante la descontracturada entrevista en la que habló sobre el "garche", en medio de un intento por mostrarse comprensiva con "los pibes" que se sintieron molestos con las restricciones por la pandemia.
Casi todos los postulantes de la oposición aprovecharon para criticar a Tolosa Paz y reforzar a la vez su propio discurso dirigido a la juventud, como fue el caso de la precandidata María Eugenia Vidal, de Juntos por el Cambio, quien sostuvo que "el Gobierno subestima a los jóvenes".
"¿Creen que los van a votar así? Que de su sexualidad se ocupen ellos. Ocupémonos de darles trabajo, de que tengan la mejor educación, de que puedan alquilar", afirmó Vidal.
En un sentido similar se expresó el precandidato Diego Santilli, también de JxC, quien luego de calificar como una "barbaridad" los dichos de su adversaria afirmó: "Lo que nosotros tenemos que hacer es generar trabajo y mejorar la calidad educativa".
Por su parte, Facundo Manes, otro precandidato de Juntos en Buenos Aires, se metió en la disputa por ese sector del electorado, al que le pidió que se "rebele" y que "no acepte las cosas como son", a la vez que subrayó: "¿Y si en vez de tratar de conquistar el voto de los jóvenes los acompañamos y les damos herramientas para transformar las cosas?".
Una de las razones principales detrás de esos intentos por seducir al votante más esquivo para las fuerzas políticas tradicionales es la creciente influencia que está teniendo en ese segmento el espacio liberal y/o libertario que encarnan Javier Milei en la Ciudad y José Luis Espert en la Provincia.
Con un discurso que apela a cambiar de raíz el sistema político-económico, el liberalismo intenta aprovechar el descontento y la desconfianza que genera en los más jóvenes la crisis económica que se inició en la gestión de Juntos por el Cambio y se profundizó en la del Frente de Todos.
La primera dirigente que notó este fenómeno fue la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien meses atrás apeló durante un acto de campaña a una figura muy conocida en el ambiente juvenil como es el cantante L-Gante.
Y es que el kirchnerismo observó que la llegada que tuvo durante muchos años a los más jóvenes empezó a decrecer, de la misma manera en que el PRO notó una inclinación hacia la opción más dura que encarna Milei.