Editorial

Antártida recalentada

El recalentamiento de la tierra, avanza inexorablemente, sin que se adviertan intenciones realmente serias para contener este fenómeno que terminará, no sólo afectando las condiciones del clima en casi todo el planeta, sino que además alterando las condiciones de vida y determinando la desaparición de miles de especies de fauna y flora, ya que seguirá subiendo el nivel de las aguas con gravísima afectación de todas las zonas costeras, pero además enormes regiones del globo terráqueo que hoy están fértiles se transformarán en semiáridas, e incluso algunas de ellas en verdaderos desiertos.

Parece un diagnóstico apocalíptico, pero de ese modo lo dejan saber casi todos los estudios e investigaciones científicas serias, que no responden a intereses económicos sino que solamente buscan prolongar las condiciones de vida del hábitat humano tal como se encuentra ahora, que aún con alto grado de deterioro -y en sostenido avance- mantiene una situación de habitabilidad, que seguramente se verá muchísimo más afectada en un futuro bastante cercano, muchísimo más que las estimaciones que se formulaban un par de décadas atrás.

Un reciente informe sobre la situación en la Antártida da cuenta de un sostenido avance en el nivel de calentamiento, pues de esa forma lo establece un trabajo científico efectuado desde el buque oceanográfico Polarstern, de bandera alemana. Se sostiene que las aguas profundas del mar de Weddell están recalentándose a razón de 6 centésimas de grado en los últimos 26 años, lo que si bien parece ínfimo desde un análisis muy superficial, en cambio para los científicos es sumamente preocupante, ya que al darse esta situación en una de las partes más profundas del océano, deja suponer el enorme caudal que existe en ese lugar que va tomando mayor temperatura, lo cual tiene un efecto multiplicador a medida que va alcanzando la superficie.

Esta misión de investigación en la Antártida fue auspiciada por el Instituto Alfred Wagener de Alemania, extendiéndose durante 7 meses en las aguas de esa parte del mundo, con la participación de 200 investigadores de organismos de 15 países, siendo considerada por todos los entes mundiales como una referencia de gran valor para alcanzar referencias el impacto que producirán los mares más meridionales del planeta.

En tal sentido, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático dependiente de las Naciones Unidas, más del 80% del calor adicional absorbido por la tierra, generado por las grandes concentraciones de gases de efecto invernadero, se encontraría acumulado en la capa superior del océano hasta una profundidad de 1.500 metros. Ahora quedó demostrado que a mucha más profundidad, un mayor volumen de agua se encuentra también involucrado en este proceso de sostenida suba de la temperatura del agua, recibida desde la tierra y retroalimentándose entre ambas.

Los científicos desde el barco Polarstern realizaron innumerables sondeos durante los 7 meses de trabajo en aguas heladas, tanto para medir la temperatura del agua en diferentes niveles de superficie, además de la salinidad y otro tipo de parámetros, todo lo cual contribuye para ir prolijando estos estudios destinados hacia la búsqueda de soluciones, las que deben estar convenientemente preparadas para cuando llegue el momento en que los organismos mundiales -y mucho más la decisión de algunas grandes potencias como Estados Unidos, China y la India que permanentemente ponen trabas a las restricciones para la emisión de gases invernaderos- se dispongan a actuar en consecuencia. 

Una determinación que no debe continuar esperando, ya que tal vez cuando se aprueba sea demasiado tarde. Es que ya hoy se observan deterioros que serán imposibles de evitar, como por ejemplo el deshielo de los dos casquetes polares, que están desintegrándose, y que si bien no será inmediata su desaparición, se estima casi como imposible se entre en un proceso de recuperación. Es decir, lo perdido es irrecuperable a esta altura, y como sigue paulatinamente subiendo la temperatura del agua, continuarán adelante los desprendimientos de grandes bloques helados.

De tal manera, además de incrementarse el nivel de los mares al recibir esos enormes bloques de hielo, existe una alteración muy importante de fauna y flora de todas esas enormes regiones que siempre estuvieron cubiertas y que ahora, en muchos lugares, han comenzando a recibir la luz del sol.

Un caso ejemplificador sobre lo que decimos se registró en la llamada plataforma Larsen, en la costa occidental de la península antártica, la cual estuvo cubierta por una gruesa capa de hielo durante miles de años y de la cual se han desprendido grandes bloques entre 1995 y 2002.

Autor: Redacción

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