Internacionales

Angustia

Adriana se muerde los labios de angustia: su hija de siete años estaba perdida este miércoles bajo los escombros de su escuela derrumbada durante el terremoto que el martes azotó a México. Al menos 21 niños murieron aplastados en este lugar y los desaparecidos suman 30.

"No hay poder humano que pueda imaginar el dolor que estoy pasando", dijo Adriana Fargo en un albergue improvisado a la intemperie, mientras espera noticias de su hija desaparecida bajo las ruinas de la escuela Enrique Rebsamen, al sur de Ciudad de México.

Pero en medio de la tortuosa incertidumbre de madres como Fargo, una esperanza se ha erigido poderosa entre las ruinas. Los rescatistas han logrado ubicar a una niña viva bajo los escombros del edificio colapsado. Se pide silencio y quietud absoluta mientras un escáner térmico es introducido por una grieta de 45 centímetros de diámetro desde donde se logró tener contacto con la pequeña.

Fargo, en tanto, permanece sentada en una silla con los puños apretados y la mirada fija en el suelo. No alcanzó a pronunciar el nombre de su hija cuando se le preguntó por quién espera y solo aprieta sus labios para contener el llanto. Mientras, su esposo trabajaba con los cientos de soldados, bomberos y socorristas que removían los escombros en busca de señales de vida de los pequeños.






Autor: REDACCION

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