En todos los rituales, Francisco ha estado acompañado por dos amigos y compatriotas argentinos, el rabino Abraham Skorka y el profesor musulmán Omar Abboud, un sueño que cultivó con ellos desde que era el arzobispo de Buenos Aires. El papa visitó, entre otros sitios, el memorial de Yad Vashem que recuerda a los seis millones de víctimas del Holocausto perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.