Gradualmente aumenta la cantidad de personas que optan por una alimentación saludable como una elección clave para disfrutar de una vida saludable, que claro está debe complementarse con la práctica de deportes o al menos caminatas que bien le hacen a nuestro cuerpo. Es el Estado, a través de sus distintos niveles como Municipio, Provincia o Nación, el que a través de la implementación de políticas públicas lidera el proceso para avanzar en la concientización de la población sobre lo importante de comer sano.
En los últimos años se han sucedido distintas acciones, en especial dirigidas a los niños para promover una educación alimentaria desde pequeños, para incorporar los hábitos en edad temprana. Porque, caso contrario, hay que hacerlo en forma obligada por orden del médico cuando, por después de varios años y una alimentación inadecuada (como la comida chatarra), sufrimos por la hipertensión o cualquier otro problema de salud.
La Municipalidad de Rafaela cuenta con iniciativas como el Programa de Alimentación Saludable, que se instrumenta mediante distintas líneas de trabajo, como el Proyecto de Cantinas Saludables, que tiene lugar en las escuelas de la ciudad, y cuenta con el aval del Ministerio de Educación de Santa Fe. La propuesta contempla una serie de actividades que tienen como principales destinatarios a los niños y adolescentes (que después llevan sus aprendizajes al seno de sus familias), en articulación con docentes y padres, para concientizar sobre la importancia de los alimentos como sostenedores de la salud de las personas. Asimismo, junto con información que circula en las aulas, el programa acompaña en un proceso gradual de transformación de las cantinas escolares tradicionales en cantinas con alimentos beneficiosos para la salud.
Por su parte el INTI Rafaela ha instalado en el calendario anual de sus actividades las Jornadas de Alimentación Saludable, en el que se involucran distintas instituciones de la ciudad, como la Sociedad Rural y el propio estado municipal. Su objetivo básico es contribuir al desarrollo de hábitos que favorezcan una alimentación segura, suficiente, completa, adecuada y variada desde la infancia como manera de prevenir enfermedades.
Si bien la problemática de los hábitos de alimentación parece sumar cada año más propuestas para su abordaje, lo cierto es que no es nuevo. Un proyecto del año 2007 presentado por alumnos del Colegio San José de Rafaela en la Feria Nacional de Ciencias y Tecnología bajo el título "Alimentación y Salud van de la mano", destacaba como "necesario e invalorable tratar el tema de la alimentación entre niños y jóvenes
de nuestra sociedad ya que la problemática de los trastornos alimentarios (de distintas características)
crece día a día".
En tanto, un reciente artículo publicado por el INTA considera que los consumidores a la hora de elegir alimentos prefieren conocer su procedencia, que tengan poco procesamiento y sean amigables con el ambiente, lo que plantea la evolución del campo, de la industria y sus desafíos con el componente sustentable. En este marco, la coordinadora del grupo de trabajo de Comunicación y Educación de la Sociedad Argentina de Nutrición, Andrea Rochaix, afirmó que no existe una definición específica sobre qué es el consumo responsable de alimentos, sino que implica varios enfoques que, en general, se refieren a aquel consumo basado en una mirada 360° sobre el plato de comida o sobre la compra del supermercado. Para la especialista, esto quiere decir que no sólo se mira el alimento por su valor nutricional en sí mismo, sino que además se consideran otros factores a la hora de la elección vinculados con el ambiente, la procedencia y la disminución de los desperdicios.
En este trabajo del INTA, publicado con el título "Alimentos: el consumo responsable cambia paradigmas", se destaca la opinión de diversos profesionales, como el director del Instituto Tecnología de Alimentos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, Sergio Vaudagna, quien indicó que "el consumo de alimentos seguros y saludables es un requerimiento cada vez más prioritario, sobre todo en países desarrollados". Al respecto, consignó que además de ser valorados por la inocuidad, son buscados aquellos alimentos modificados que contengan niveles reducidos de grasas, azúcares y sal y estén preparados con pocos o sin aditivos, concepto denominado "etiquetado limpio" o clean label en la traducción al inglés.
La posibilidad de que los productos tengan propiedades "funcionales", a partir de la incorporación de compuestos bioactivos beneficiosos para la salud es otro aspecto destacado en el informe. Para la directora de la Carrera de Médico Especialista en Salud y Ambiente de la Facultad de Medicina de la UBA, Lilian Corra, se observa un incremento del consumo de "alimentos lo menos procesados posible, que incluyan poca cantidad de aditivos y sean lo más directos en la procedencia desde el productor".
Así las cosas, los consumidores parecen adquirir mayor conciencia sobre la necesidad de una alimentación responsable y saludable como modo de cuidar su salud. Y eso es muy bueno.