Editorial

Alcohol en exceso

El nuestro es un país de muy elevado consumo de bebidas alcohólicas, y en muchos casos, cuando se producen los excesos, tenemos las consecuencias a la vista, con episodios de una violencia inusitada, desintegración familiar, accidentes de tránsito y toda una serie de hechos de muy fuerte impacto en la sociedad. Pero además, constituye un detonante de una extensa lista de enfermedades, que suman alrededor de 200.

Un reciente informe de la Organización Mundial para la Salud da cuenta que en Latinoamérica el país que encabeza el consumo de alcohol es Chile con 9,6 litros por persona al año, mientras que Argentina le sigue con 9,3 litros en igual escala. Aunque aquí el problema fue mucho mayor en otras épocas, por ejemplo a mediados de la década de 1960 cuando el consumo promedio había alcanzado a 17 litros de alcohol anuales, aunque desde allí en adelante fue bajando el consumo de whisky, ginebra y vodka, a la vez que aumentando el de cerveza -con menos alcohol-, llegando a 6,9 litros por persona entre 2003 y 2010, pero de allí en adelante volvió a crecer, llegando ahora a los 9,3 litros que nos ubican en segundo lugar de la región latinoamericana.

La elevación del consumo de bebidas alcohólicas, de las denominadas como fuertes, fue creciendo debido a la gran participación de quienes integran la franja etaria entre 15 y 30 años. Generalmente consumen los fines de semana, pero lo hacen con tal aceleración que provocaron de tal manera un fuerte impacto en el promedio anual por persona. Un dato a tener muy en cuenta, es que la tasa de mortalidad de personas en la edad referida, aumentó considerablemente, teniendo a los accidentes de tránsito como el elemento motorizador de esta situación.

Es habitual que se vincule al alcohol con diversión, cuando es exactamente lo contrario, ya que una persona alcoholizada pierde noción de la realidad, sufre fuertes descomposturas, y se convierte en presa fácil de toda clase de accidentes, no sólo los de tránsito que son los más comunes.

Este problema, que es serio y preocupante en nuestro país, tiene una proyección mundial muy significativa, ya que como consecuencia del consumo de alcohol, y por supuesto sus excesos, mueren 3,3 millones de personas por año en todo el mundo. Esa cantidad de decesos, y como para tener una idea bien precisa de lo que estamos hablando, es mayor que las sumadas en conjunto por el sida, la tuberculosis y la violencia.

Un aspecto que destaca especialmente la OMS sobre este tema, es que se encuentra en plena expansión, siendo de nulos resultados los sistemas de prevención y las medidas tomadas por los gobiernos para reducir el consumo de alcohol entre sus habitantes. Como dato ilustrativo tenemos que en 2005 las muertes causadas por efectos del alcohol eran 2,5 millones, y ahora, 8 años después se han elevado en 800 mil víctimas. Un dato complementario establece que la cirrosis -enfermedad directamente relacionada con el alcoholismo- provoca 17,2 muertes por cada 100.000 habitantes y que en la mitad de los casos tiene origen en el alcohol.

A nivel mundial es Europa la región con más alto consumo, donde en las estadísticas aparecen algunos países donde el consumo es exageradamente elevado, como el caso de Andorra con 18,4 litros anuales por habitante, Hungría con 17,1 y Rusia con 16,1. El segundo mayor consumo se registra en todo el continente americano.

Vale también, dentro de este repaso a nivel globalizado, formular algunas apreciaciones respecto a la situación en Rafaela, donde si bien no existen estadísticas se cuenta en cambio con perspectivas brindadas desde algunos centros de salud y otras organizaciones privadas que entienden en el tema. El consumo de alcohol aquí es muy alto, especialmente en los fines de semana, cuando las consecuencias se observan en el tránsito, sitios de esparcimiento, espacios públicos y la deambulación de personas que claramente se encuentran afectadas por la ingesta alcohólica. Un reciente dato difundido durante un informe en el Concejo Municipal da cuenta de la atención entre 200 y 300 casos de urgencia en la guardia del Hospital "Jaime Ferré" los fines de semana, de los cuales una importante cantidad son casos de personas alcoholizadas que resultaron afectadas por accidentes o bien por fuertes descomposturas físicas.

Constituye entonces la problemática del gran consumo de bebidas alcohólicas, un motivo de preocupación mayúscula, ya que el impacto negativo llega a los ámbitos laboral, familiar, social y de la salud. 

Autor: REDACCION

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