Las
turbulencias provinciales ante el ajuste lanzado por distintos
gobernadores obligará a la presidenta Cristina Fernández a
auxiliarlas si aspira a garantizar que el 2013, año de elecciones
cruciales para una eventual reforma constitucional, se transite
con mayor tranquilidad.
La actitud de rebelión mostrada por el gobernador cordobés
José Manuel De la Sota -quien mantuvo un sugestivo encuentro con
Mauricio Macri-, asolado por urgencias en las cuentas públicas,
sumada a los problemas que atraviesa Antonio Bonfatti en Santa Fe,
son dos ejemplos de última hora.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, dijo que
es "inminente" un fallo del alto tribunal por el reclamo de fondos
coparticipables de la provincia de Santa Fe al Gobierno nacional,
cuya demanda se inició hace ocho años.
Pero no son más que la continuidad de las dificultades que
padeció Daniel Scioli en julio, al no poder pagar el aguinaldo y
tener que ser auxiliado por la Casa Rosada.
La situación en las principales provincias del país es
complicada por la caída de la recaudación originada en un
enfriamiento del consumo.
Esto obligó a paralizar obras públicas que derivaron en
problemas en la cadena de pagos de sectores como la construcción y
sus proveedores.
Suspensiones de operarios como las de la planta de Iveco en
Córdoba o el cierre del frigorífico Swift en Venado Tuerto, están
vinculados con un reacomodamiento global de un empresariado
cauteloso, que parece decidido a aguardar el desarrollo del
segundo semestre para adoptar decisiones de fondo.
El descalabro en el mercado inmobiliario provocado por el cepo
cambiario ya originó una caída del 46 por ciento en las escrituras
en julio con respecto al mismo período del 2011, según el último
relevamiento del Colegio de Escribanos bonaerense.
Los municipios atraviesan problemas similares a los de las
provincias, y por ello tanto esos distritos como las comunas están
más que interesados en apretar el torniquete de una presión
impositiva de por sí muy elevada.
El aumento en el inmobiliario rural y en ingresos brutos en las
provincias, y el alza de tasas municipales que ya provocaron una
reacción de productores agropecuarios y comerciantes -la CAME
advirtió sobre una posible rebelión fiscal-, reflejan los
problemas de un Estado cada vez más presente en la economía, que
también debe lidiar con la inflación, como le ocurre a los
ciudadanos de a pie.
En este tema se prendió el ahora opositor líder de la CGT, Hugo
Moyano, quien subió la apuesta y dijo que la inflación ya es del
48 por ciento anual y que por ello la probable suba del 25 por
ciento en el mínimo no imponible para el pago de Ganancias por
parte de los asalariados, ya no alcanza.
Los Estados Nacional, Provincial y Municipal ya se convirtieron
en uno de los principales empleadores de la Argentina, superando
largamente el millón de personas.
Si se suman los planes sociales y subsidios a servicios
públicos, más las regulaciones, la presencia estatal en la mayoría
de los sectores de la economía debe ubicarse en uno de los niveles
más altos de la historia moderna argentina.
Esto representa un desafío enorme para los gobiernos, y
obligará a la Presidenta a mantener un delicado equilibrio en la
relación Nación-Provincias.
El Estado Nacional es el que puede autorizar a las provincias
que suscribieron el Pacto Fiscal a endeudarse, como ocurrió con
Buenos Aires cuando lo requirió Scioli, y como lo viene reclamando
Mauricio Macri, sin suerte.
A esto se suma que la máquina de hacer billetes es potestad de
la Nación, y también la discrecionalidad para decidir a qué
gobiernos se auxilia y a cuáles no.
Los mandatarios provinciales se empiezan a convencer de que la
recepción de ayuda puede llegar a depender de un factor político
que suena cada vez con más fuerza: el apoyo a una reforma
constitucional que habilite la reelección de Cristina Fernández.
Daniel Scioli, quien viene padeciendo el acoso del
cristi-kirchnerismo casi desde el 2003, lo sabe mejor que nadie, y
tal vez por ello en las últimas horas dijo desde Chile que si hay
una reforma, apoyará un nuevo mandato de Cristina.