En
otro giro en la difícil encrucijada por el litigio con los fondos
buitre, la presidenta Cristina Fernández buscó enviar un mensaje
conciliador al juez más detestado por el kirchnerismo, el
norteamericano Thomas Griesa.
Lo hizo sólo horas después de que organizaciones
ultrakirchneristas lideradas por La Cámpora repudiaran frente al
Cabildo al propio Griesa y a los fondos buitre.
Alejada de esos cabildeos, Cristina aprovechó el acto por el
Día de la Bandera en cadena nacional para tratar de enviar un
mensaje al magistrado pero tratando de mostrar que no arriaba
bandera alguna.
"Pedimos al juez en Nueva York que genere las condiciones para
que se llegue a un acuerdo igualitario que sea beneficioso para el
100% de los acreedores", dijo la mandataria.
Su discurso tuvo cambios respecto de la dura cadena nacional
pronunciada el lunes, horas después de recibir el baldazo de agua
fría de la Corte Suprema de Estados Unidos, que mostró total
indiferencia por el caso argentino con un simple término,
"denied", para rechazar siquiera considerar el caso argentino.
Más calma tras ese gesto de los jueces que se pareció a un
desprecio, a orillas del Paraná la presidenta señaló: "Sólo
pedimos que se cuide al 92% de los bonistas de la misma manera que
se cuida al 1%".
Cristina no pudo disimular los momentos de altísima tensión que
atraviesa su gobierno, cruzado también por internas y viviendo el
duelo de la acelerada proximidad de fin de ciclo, ante la decisión
de la Corte Suprema de Estados Unidos que favoreció a los holdouts
y complicó a la Argentina.
Pero el aspecto sustancial de las palabras de la jefa de Estado
estuvo dado por el pedido para que Griesa genere condiciones a la
Argentina para "negociar y acordar" con los fondos especulativos.
"Dimos prueba de ello en varias deudas contraídas
anteriormente", buscó recordarle la mandataria a un juez al
que todo el arco kirchnerista salió a acusar de jugar a favor de
los fondos buitre mientras publicaba fotomontajes que lo mostraban
con un carancho sobre el hombro.
Los fondos buitre son como los "caranchos de la película",
había dicho el martes Axel Kicillof, recordando el film de Ricardo
Darín.
De aquella ´cátedra´ del ministro, en la que aseguró tener todo
bajo control porque el tema había sido "estudiado" en profundidad,
a este duro presente, pasaron pocos días, aunque parecen semanas
por la magnitud de lo que está en juego.
Tal vez consciente de ello, Cristina se mostró conciliadora y
más alejada de la denuncia de "extorsión" realizada el lunes.
Por si quedaban dudas de su giro, la mandataria dijo que en
la Argentina "lo que sobra es buena fe y lo hemos demostrado
haciéndonos cargo de las deudas".
También insinuó que buena parte del tema de la duda quedará
para el próximo gobierno, al sostener: "A mí me quedan un año y
ocho meses de gobierno -en realidad menos de un año y seis meses-.
Sería muy fácil acordar cualquier cosa. Pero antes que mi gobierno
están la nación y la patria, con soberanía, con educación, con
salud".
La negociación que pretende encarar la Argentina buscaría
probablemente que los fondos buitre aceptaran un pago a cuenta
hasta después del 31 de diciembre próximo.
Ese día vence la cláusula por la cual el 92% que entró al canje
tiene derecho a reclamar un trato igualitario si a algún bonista
se le mejora la oferta.
A partir del 2015 la Argentina, creen sus abogados, tendría las
manos libres para pagarle a los fondos buitre lo que reclaman sin
derecho a pataleo por parte del resto de los acreedores.
La premisa de la hora entonces es ganar tiempo, pero el
problema es que enfrente está un juez enemistado con el gobierno,
envalentonado por la decisión de la Corte de su país, y que parece
seguir al milímetro cada frase que se suelta en la Argentina, para
cuestionarla.
No sería raro así que Griesa tuviese en sus archivos el casi
risueño ´análisis´ realizado en su momento por los ´intelectuales´
de Carta Abierta.
"En Griesa sólo hay determinación, un arquetipo que parece
surgido de un comic... Es un rostro enjuto, tomado por una
ancianidad que casi es un mecanismo de voracidad y astucia...
Gozosamente cadavérico, picoteando basurales de la historia, su
imagen concita el repudio de los pueblos, por reasentar las formas
intrincadamente más oscuras del capitalismo norteamericano",
analizaron los hombres del pensamiento kirchnerista.
Ahora, parte de la suerte financiera del país parece haber
quedado en manos de ese mismo juez, encima poco afecto a las
humoradas.