Sociales

Acampantes Nonthue 1972

Tal como lo anunciáramos oportunamente, el pasado sábado fue testigo de un emotivo reencuentro de acampantes 1972.
En tal sentido se destacó que el pasado  sábado 12, un entusiasta grupo de amigos nuevamente se reencontraron, como ya lo habían hecho en otras oportunidades, pero esta vez el motivo de la reunión era diferente.
Se cumplen en estos días de marzo nada más que 50 años de un viaje que dejó marcas imborrables en todos sus integrantes.
Aquellos acampantes, con sus jóvenes 15/16 años, alumnos de las escuelas Técnica, Normal, Comercio y Nacional viajaron acompañados por profesores, médico y cocineros hasta San Martín de los Andes y desde allí en lancha al campamento educativo Nonthue, ubicado a orillas del lago Lacar. Eran en total 60 personas, 50 alumnos y 10 mayores. Una realización que además de su significado educativo, de convivencia y demás, para el grupo juvenil representó, sin duda alguna, una aventura que permanece en la memoria de  estos adultos que se reunieron para celebrar la amistad y evocar aquellos inolvidables días.
Uno de los participantes del estupendo reencuentro, Alberto  Olivero,  señaló que la expresión “te acordás cuando”, era el principio de un comentario cómico de algo sucedido. Anécdotas al por mayor, especialmente con las andanzas de “el zorro”; (un acampante seleccionado por los profes para hacer maldades entre los distintos grupos conformados). Esconder la comida a un grupo cuando salíamos en una excursión, desordenar las camas en las carpas y otras tantas que sería largo enumerar. También estaba “el hormigón”, que era el encargado de juntar o recolectar elementos o cosas olvidadas por los acampantes en cualquier lugar, como cepillos de dientes, crema dental, maquinitas de afeitar, etc; pero lo peor era cuando estábamos en el comedor para almorzar y aparecía este personaje con una caja de cartón y levantaba con dos dedos alguna prenda íntima olvidada por alguien en el baño (por supuesto que nadie la reclamaba por vergüenza o por las cargadas a que iba a estar expuesto).
También evocó "los fogones a orillas del lago por la noche, las caminatas por la región, ascender el Cerro Mallo de unos 2000 metros de altitud por los senderos en medio de una naturaleza increíble, dejar la bandera en la cima, deslizarnos por las laderas con una capa de hielo rugosa hasta agujerear los pantalones".
Agregó más adelante "habría tema para continuar escribiendo por horas, cada uno de nosotros lleva guardado en su interior esos hermosos momentos vividos y compartidos hace tantos años, pero que éste sábado parecía que hubieran sucedido hace muy pocos días atrás.
Se lamentó que "por distintos motivos no pudimos reunirnos la totalidad del grupo; algunos de los integrantes están en nuestros recuerdos, pero es como si todos hubiéramos estado presentes".
El encuentro del sábado sirvió para confraternizar y evocar los hermosos días de la juventud, quedando firme la promesa  de repetir el encuentro.

Autor: REDACCION

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