Editorial

¡Abajo el telón!

¡Se baja el telón!

Luego de seis días particularmente intensos en cuanto a la actividad realizada, esta noche se baja definitivamente el telón de la séptima edición del Festival de Teatro de Rafaela, que en esta ocasión añadió una jornada más y también una subsede en la ciudad de Sunchales, lo cual, indudablemente, abre un ancho y promisorio horizonte futuro, ya que este evento tiene una proyección que es probable no hayamos tomado todavía la verdadera dimensión de la misma.

Damos por seguro que muchos de estos laudatorios conceptos no tienen demasiado de novedosos, ya que vienen siendo utilizados y reiterados como un calco en todas las últimas ediciones de este evento, el cual no tuvo que andar demasiado tiempo para transformarse en un verdadero clásico de la ciudad y la región -antes por el público que nos visitaba, ahora también por el agregado de una subsede, y muy probablemente, por algunas otras que puedan irse sumando en el futuro-, pero además con un prestigio que trascendió rápidamente las fronteras de la comarca, con fuerte impacto provincial y también un reconocimiento desde lo nacional, ya que aquí hemos contado con obras procedentes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Paraná y otras grandes urbes.

Varias salas y escenarios al aire libre, además de otros locales en los cuales se desarrollaron actividades relacionadas al Festival -muestras fotográficas, charlas, cursos, presentación de  libros y homenajes, en este último caso al laureado escritor local Fortunato Nari- se transformaron en apropiados albergues para el ofrecimiento de 26 espectáculos de los cuales hubo nada menos que 45 funciones, que se extendieron desde la jornada de apertura en el teatro Lasserre, donde luego del acto que contó con las alusiones de la ministra María de los Angeles González y del intendente Omar Perotti, se ofreció la primera de las piezas titulada "La familia argentina", para llegar así al momento del cierre y de la despedida hasta el año que viene, con la obra "¡Dolly Guzmán no está loca!".

"La superación constante de todos quienes hacen posible el festival, trae como resultado para este año el agregado de una jornada más de programación y la incorporación de la subsede Sunchales, ciudad a la que llegarán cuatro espectáculos que integran la grilla oficial, gracias a la cogestión de Amigos del Arte, A su vez, la Legislatura provincial por unanimidad ha declarado este año a Rafaela "Capital Provincial del teatro" y la Secretaría de Cultura de la Nación, ha declarado esta edición de "interés cultural". El esfuerzo vale la pena: "el Festival de Teatro de Rafaela sigue sumando reconocimiento, prestigio y gana en extensión y alcance regional". Este encomillado es parte del mensaje firmado por el intendente Perotti, que se encuentra al comienzo del pequeño libro que sirvió de guía durante todo el desarrollo de este evento, y corresponde precisamente a quien se lleva gran parte del mérito de esta verdadera fiesta anual que incorporó Rafaela, pues supo receptar la idea, adaptarla y llevarla a la ejecución durante su anterior mandato al frente de la Intendencia, y haberse despedido de la misma con las palabras pronunciadas en el Lasserre el martes pasado, ocasión en que recordó que "será mi último discurso de apertura" -el 10 de diciembre concluye su mandato- como vino sucediendo en todas las anteriores ediciones.

La mención sobre el principal responsable de  haber llevado a Rafaela al primer nivel del teatro nacional en poquísimo tiempo, lleva entonces también  a formalizar un repaso ampliado respecto a la enorme confluencia de trabajo, entusiasmo y esfuerzo que hubo en torno de esta iniciativa rápidamente transformada en una realidad que hoy todos los rafaelinos disfrutamos y que quedó instalada definitivamente, con una importante proyección futura. Es que toda la gente tomó partido en la cruzada, haciéndola cada vez más sólida y atractiva, mostrando ese rostro del trabajo que siempre fue el sello distintivo de una ciudad que en octubre próximo cumplirá 130 años, y que sigue sumando entusiasmo e iniciativas que, como en este caso, rápidamente pasan de la idea a la concreción.

Desde la dirección artística, la producción, la administración y coordinación en todos los ámbitos, pasando por los técnicos que afrontaron la responsabilidad de presentar en óptimas condiciones las salas y sitios utilizados, hasta ese trascendente y decisivo respaldo de la gente en su condición de público, multiplicado en todas las funciones, desbordando los espacios y calentando manos con sus aplausos.

¡Abajo el telón y hasta el año que viene!

Autor: Redacción

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