La
sorpresiva decisión de salir a buscar dólares frescos le permite
al gobierno llegar a fin de año con más aire financiero en un
2015 electoral, aunque comprometerá a las futuras administraciones
a pagar altas tasas de interés.
En su intento por llegar sin turbulencias al 10 de diciembre,
la administración de Cristina Fernández prefirió pagar la tasa de
interés más alta del mundo (casi 9% en dólares) pero obtener las
divisas necesarias para siquiera aproximarse a un nuevo default.
Así, decidió tomar unos 3.000 millones de dólares, entre el
bono Bonar 24 y el título de YPF, a una tasa cercana a los dos
dígitos, que prácticamente resuelve las necesidades de
financiamiento de aquí a fines del 2015.
La señal es clara: Cristina no quiere hacer olas y aspira
terminar su mandato con el consumo en el nivel más alto posible y
las obligaciones financieras cubiertas.
El gobierno, que machacó con la política de desendeudamiento
durante años, llega al final celebrando lo contrario, ya que sale
a tomar más deuda para hacer frente a obligaciones.
Al Bonar 24 emitido esta semana por 1.416 millones de dólares
se suman los dólares que aportará YPF (1.500 millones).
Incluso, el jefe del Banco Central, Alejandro Vanoli, insinuó
la posibilidad de realizar nuevas emisiones en lo que resta del
año.
Ya fueron lanzadas, además, varias emisiones de bonos en pesos
atados al dólar.
En la nueva lógica de Axel Kicillof y los suyos, acceder a
financiamiento voluntario no sólo es demostrar que el sistema
financiero global sigue confiando en la Argentina, sino una forma
de mojarle la oreja a los fondos buitre, que intentaron
impedirlo.
"Los bancos deben estar calentitos porque no pudieron cobrar
comisiones", toreó Kicillof al sistema financiero que, tarde o
temprano, podría devolverle la ´gentileza´.
El Gobierno necesita 6.000 millones de dólares para cancelar el
pago final de Boden 15 en octubre.
Con dos emisiones de bonos, una propia y otra de YPF, consiguió
en dos días casi la mitad de los dólares que necesita para pagar
el vencimiento de deuda más importante del año, el Boden 2015, que
en octubre insumirá U$S 6.000 millones de recursos.
El Ejecutivo se aseguró así una transición tranquila de cara a
las elecciones y hasta diciembre, aunque a una tasa de interés
elevada, de casi 9% anual.
El Banco Central recibió los dólares que consiguió el Tesoro
el martes con la emisión de los títulos Bonar 2024.
De la información oficial se desprende que unos u$s 1.200
millones de los 1.415,9 millones obtenidos provinieron de
inversores del exterior.
"El nivel de reservas internacionales de u$s 32.675 millones es
el más alto desde el 11 de noviembre de 2013", celebró el
presidente del BCRA, Alejandro Vanoli.
No quedarán ahí, ya que a eso se sumará el que se acreditará
por la emisión de deuda que hizo YPF: colocó bonos a 2025 por u$s
1.500 millones, el total de lo ofertado.
A diferencia de los Bonar 2024, emitidos bajo ley argentina, la
deuda de la petrolera se regirá por la legislación de Nueva York.
Los fondos se destinarán al plan de inversiones, que no
contempla grandes desembolsos en el extranjero para importar
insumos o bienes de capital.
Este lunes el dinero colocado por YPF se acreditaría en las
arcas del BCRA. Los dólares permitirán liberar más pagos a
importadores.
Es una buena noticia para un aparato industrial que lleva 20
meses de números negativos y hace rato no genera empleo.
El dato, admitido por el INDEC, abre un gran interrogante sobre
el futuro del sector fabril, que supo ser la columna vertebral de
un modelo que parece necesitar en forma urgente una reformulación.