SUPLEMENTO ESPECIAL

9 de Julio: ¡se declara la Independencia y nace un país!

Para comprender la historia del 9 de julio de 1816 y la Declaración de Independencia es preciso recordar que la Revolución del 25 de Mayo representó un cambio de gobierno en el que se reemplazó la figura del virrey por una junta popular patriótica, pero no hubo ninguna declaración de independencia.
En 1814, el monarca español Fernando VII volvió al trono después de la invasión francesa y se propuso recuperar el dominio sobre sus colonias. Los criollos revolucionarios del Río de la Plata debían resolver sus desacuerdos y pensar un plan para evitar la invasión española.
En una carta decisiva del 18 de julio de 1814, el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio Posadas, escribió a José de San Martín: “Napoleón ha sido derrotado y nos ha dejado en los cuernos del toro”, le explicó, precisando que Fernando VII había vuelto al trono de España pero con un giro a la derecha. En la nota le informó que habían empezado a perseguir a los liberales, encarcelado a miles de personas y restablecido la Inquisición. También le dijo que había anulado la Constitución liberal progresista de 1812 y vuelto al absolutismo monárquico, de tal modo que había decidido enviar dos flotas para recuperar estas tierras de América, que él ya no consideraba que eran provincias, como creía la Junta Central de Sevilla, sino colonias de España. Frente a esa situación, Posadas consideró que era necesario tomar una decisión y propuso en la carta a San Martín: “Tendremos que cambiar todos nuestros criterios como consecuencia de este hecho”.
A partir de ese momento, San Martín comenzó a presionar para que se convoque a un Congreso en el que se declare la independencia de España y se organicen estas tierras con un gobierno propio y una Constitución.
Este proceso se profundizó en los próximos dos años, hasta que los congresales finalmente se reunieron el 9 de julio de 1816 y declararon la Independencia. 

LA PROVINCIA ELEGIDA
¿Por qué se eligió San Miguel de Tucumán como sede del Congreso? Por varias razones. En primer lugar, porque las provincias aceptarían de buen gusto la invitación a una ciudad que no fuera Buenos Aires, ya que les disgustaba que, desde 1810, todos los gobiernos patrios hubieran residido y dado órdenes desde allí. Por otro lado, Tucumán tenía una ubicación central respecto de todas las provincias. Además, la cercanía del Ejército del Norte brindaría protección a los congresistas ante la posibilidad de ataques de tropas españolas desde el Alto Perú.
San Miguel de Tucumán era una ciudad con vida tranquila que a comienzos de 1816 empezó a agitarse con la llegada de los diputados provenientes de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, San Salvador de Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis y Santiago del Estero. Desde todos los puntos del territorio de las Provincias Unidas acudieron congresistas a caballo o en galeras, excepto de Santa Fe. Incluso algunas provincias del Alto Perú que estaban bajo el poder realista enviaron los suyos.
A fine de marzo de 1816, luego de festejos en la calle y una misa solemne que resaltaron la importancia del encuentro, comenzó a sesionar el Congreso General Constituyente. Los congresales tenían muchos temas que tratar. Luego de más de tres meses de sesionar, se inició el debate sobre la conveniencia de declarar la Independencia. Después de arduos debates, el 9 de julio de 1816, todos los congresistas juraron la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego, firmaron el acta de Declaración de la Independencia, y de este modo, se anunciaba al mundo que éramos una nueva nación independencia.
A partir de ese momento, las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron políticamente libres de la dominación española y de cualquier otra potencia extranjera.

FESTEJOS OFICIALES
Y POPULARES
Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán y corearon en eco los “Viva la Patria” que se desprendían desde las habitaciones de la casona. Como la sesión del 9 de julio fue bastante extensa, al día siguiente se llevaron a cabo los festejos. Todo comenzó a las nueve de la mañana con una misa en el templo de San Francisco donde asistieron los principales referentes de la sociedad tucumana: gobernadores, congresales, curas y generales. La alta sociedad ocupaba los lugares principales y los sectores populares, los secundarios. En la plaza estaba reunido el pueblo, y a lo largo de tres cuadras, formaban en doble hilera las tropas de soldados.
Por la noche se ofreció un baile a las autoridades, diputados del Congreso y a la oficialidad del Ejército. El lugar estuvo adornado por guirnaldas con flores, emblemas patrióticos y música de orquesta.
El 21 de julio llegó el día de la fiesta popular. Hombres, mujeres y niños, a caballo, armados con boleadoras, lanzas, sables y fusiles fueron convocados a un acto en el Campo de Carreras. Manuel Belgrano y el entonces gobernador de la provincia de Tucumán Bernabé Araoz, hablaron al pueblo como nunca antes lo había realizado ninguna autoridad, acción que fue de gran impacto popular. En sus discursos, valoraron el patriotismo de los combatientes, honraron la memoria de los caídos, y convocaron al pueblo a obedecer al Congreso.

LA CASA HISTÓRICA
La hospitalidad y la calidez de la población tucumana permitieron albergar a todos esos visitantes, a pesar de que la ciudad no contaba con alojamiento suficiente. Los diputados fueron hospedados en casas de familias y hasta en conventos.
Como también era necesario contar con un lugar para las sesiones del Congreso, se dispuso utilizar la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, ubicada muy cerca de la actual Plaza Independencia. De este modo, la casona familiar se convirtió en la famosa Casa Histórica de Tucumán. Su construcción era de estilo colonial, y tenía una sola planta con cuartos dispuestos alrededor de dos patios.
En la actualidad, la casa presenta un aspecto muy similar al de 1816, gracias a que en 1842 fue reconstruida casi completamente. Allí funciona un museo con nueve salas, patios y jardines.

Autor: REDACCION

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