Con un importante número de padres y niños, el Parque Balneario Municipal se vio plagado de rafaelinos que demostraron, una vez más, lo comprometidos que están con el medio ambiente.
Recordemos que este proyecto busca establecer un vínculo entre los niños y los árboles desde la primera infancia, inculcando valores esenciales como el respeto, el cuidado y la preservación del ambiente. Además, esto se relaciona con el Plan de rejuvenecimiento del arbolado, donde los principales lineamientos del plan contemplan maximizar la cobertura arbórea de la ciudad logrando una biodiversidad adecuada con el fin de sortear inconvenientes, priorizando la premisa de "la especie correcta en el lugar correcto". En tanto, se busca apuntar a un arbolado sano, ya que esa condición es la que genera los mayores servicios ambientales, sociales y económicos; lograr un arbolado seguro con el fin de minimizar riesgos para las personas y los bienes, para aumentar el compromiso ciudadano para el cuidado de los árboles y así poder potenciar este programa. El Municipio busca de manera continua potenciar al personal y conformar equipos para el mantenimiento del arbolado urbano y aumentar el área de producción de árboles autóctonos en el Complejo Ambiental de Rafaela, para poder actualizar el catálogo de especies aptas para el arbolado de alienación.
CASI 350 CHICOS
Este año fueron 347 los nuevos padrinos quienes asumirán este compromiso junto a sus familias. Un número sumamente considerable si uno se pone a repasar los chicos anotados en las ediciones anteriores. Con el fomento de lo ambiental, este programa fue ganando espacio y hoy Rafaela tiene este enorme apoyo. Es importante que los vecinos valoren el arbolado público, sabiendo los múltiples beneficios que los árboles nos aportan: liberan oxígeno que purifica el aire que respiramos, atenúan las altas temperaturas y aportan sombra y belleza a las calles de la ciudad. A muchos de estos nuevos ejemplares se le colocaron barreras anti-hormigas ya que esta es una de las principales causas por las cuales no avanza el crecimiento de las especies.
Sin lugar a dudas que el momento de ayer fue único para cada padre, para cada chico. Algunos hasta estaban nerviosos, por tener tanta gente alrededor. Otros mostraron esa sonrisa pícara de pasar un momento con su mamá o con su papá.
Cada familia llevó una regadera y una bolsa de compost fabricado en el Parque Tecnológico de Reciclado, y de esta manera pudieron realizar el trabajo de abono en su nuevo árbol. Recordemos que los cuidados básicos sugeridos son regarlo, protegerlo de las hormigas y controlar la atadura al tutor.
También se acercaron vecinos al espacio y lo recorrieron junto con los padrinos. Las familias disfrutaron de una hermosa tarde, tomaron mates y comieron budines. En 23 ediciones ya pasaron 3.500 padrinos.